domingo, 10 de enero de 2010

El Comienzo.

Hoy 10 de Enero de 2010 voy a publicar una historia que hice basada en un sueño que tuve.

La maleta volcó y caí dentro de la fuente. Cuando levanté la vista para levantarme solo pude ver una mano agarrándome y en un santiamén me encontraba nadando en unos ojos azules profundos que me miraban intensamente.
- Y vos, ¿Quién sos?
Difícilmente conseguí decir mi nombre y él me sonrió cálidamente.
- Encantado. Yo soy Peter- su acento argentino sonaba como una balada en mis oídos- Creo que tenemos que ir a la bienvenida. ¿Sabes cómo ir?
- Eee. No. La verdad es que estoy un poco perdida.
- ¡Vosotros! ¿Sois tan nuevos como nosotros?
Una chica rubia con una larga melena y un chico moreno altísimo se nos acercaron.
- Buenas, Me llamo Simón y esta es Valeria. Encantado. Parece que sois nuevos aquí y se nos ocurrió que no sabríais donde es la bienvenida, venir por aquí.
Nos condujeron hasta una sala al aire libre enormemente grande con un escenario al fondo que estaba repleta de chicos y chicas de mi edad. Nos sentamos en el suelo, como todos, junto a la chica que conocí en el avión, Candela, y su amigo Eliot. De repente una mujer bajita pero con cara de emocionada salió al escenario y empezó su discurso.
- ¡Buenas tardes a todos! Para los nuevos, me llamo Cuca y soy la coordinadora del campamento de verano musical de nuestra ciudad. Por lo que veo cada año viene gente de más sitios distintos así que espero que los recibáis como se merecen. Empezaremos llamándoos a todos para que subáis a decir vuestro nombre y el instrumento que tocáis. Luego diremos los grupos y os reuniréis para decidir el nombre y al terminar, después de repartir los mapas para saber donde se realizan las actividades, ¡nos iremos todos a la playa a cenar! ¿Qué os parece?
La multitud comenzó a gritar y en seguida uno a uno fuimos subiendo para nuestras presentaciones. Al rato ya estábamos todos decidiendo el nombre de nuestro grupo. El mío era con Candela, Eliot, Simón, Valeria y Peter y no se puede decir que no me gustara. Tenía pinta de ser un verano de muerte.
- Bueno, el grupo de Candela. ¿Cuál será vuestro nombre?
- Bueno – dijo Candela – Hemos decidido llamarnos… ¡Los Mambo Man¡
La multitud estalló en risas y gritos de aprobación. A las 20:30 nos encontrábamos en la playa sentados alrededor de hogueras comiendo alitas de pollo y nubes tostadas, contando chistes e historias. Resultó que Valeria estaba allí para, aparte de cantar, aprender a hacer videoclips. Era la sobrina de Cuca y nos contó que en realidad Cuca se llamaba María Eugenia pero ella decidió cambiárselo porque decía que no sonaba cañero. Todos empezamos a reírnos mientras Vale nos grababa porque tenía pensado grabarlo todo para el video final del campamento. Candela tocaba la guitarra y cantaba genial. Eliot Le gustaba más que cantar, tocar la batería, Simón tocaba el bajo y Peter, bueno. Digamos que Peter era especial porque sabía tocar todos los instrumentos y cantaba muy pero que muy bien. Nos parecíamos mucho en realidad. Desde ese día, todas las noches nos sentábamos en ese mismo circulo, ataviados con mantas y nos poníamos a cantar, a bailar, y de ese pequeño campamento perdido en una isla, nació lo que hoy por hoy es mi familia. 20 años más tarde nosotros seis seguimos cantando juntos cada día. Eliot se casó con Candela y crearon una empresa de música para dar a conocer a los jóvenes artistas, Valeria se decidió por la cinematografía y Simón es uno de los mejores coreógrafos del continente mientras que Peter y Yo acabamos de lanzar nuestro cuarto álbum. Ese verano del 2010 fue el comienzo de una brillante historia de amistad.